Santa Catalina de Alejandría

Segunda mitad del siglo XVI

Óleo sobre lienzo

87 x 66 cm

Esta pintura representa a Santa Catalina de Alejandría, una de las santas mártires más veneradas de la cristiandad, conocida por su sabiduría, nobleza y valentía frente a la persecución. La santa aparece de pie, en actitud frontal, señalando con la mano derecha su propio pecho en gesto de afirmación y martirio, mientras en la izquierda sostiene una palma y una corona, símbolos de su martirio y su condición de princesa. A sus pies, apenas insinuada, se distingue la rueda dentada, instrumento de su suplicio, convertido en su atributo más reconocible.

Catalina viste un rico atuendo que combina túnica oscura con detalles dorados y un amplio manto rojo, resuelto con pliegues marcados que aportan dinamismo a la figura. Su rostro, de expresión grave y contemplativa, queda enmarcado por un nimbo dorado que subraya su santidad. La arquitectura monumental del fondo, con columnas clásicas, contrasta con el paisaje montañoso del fondo derecho, donde se adivinan edificaciones en la lejanía bajo un cielo nuboso, elementos que dotan a la escena de profundidad y simbolismo.

El tratamiento pictórico revela una ejecución sólida y minuciosa, con atención al dibujo y una paleta contenida pero rica en matices. Las huellas del craquelado evidencian la antigüedad del lienzo, que conserva aún su fuerza expresiva original. Esta representación responde a los modelos contrarreformistas de la pintura hispánica, en los que la figura de la santa se convierte en ejemplo de virtud, resistencia y fe, destinado a la contemplación y edificación espiritual del fiel.